Al museo… ¡con guantes!

La cálida tarde del 15 de junio, nos reunimos el grupo de Diversidades funcionales y culturas comunitarias de Espacio Nexo con algunas mediadoras y participantes de los grupos de Educaciones, Feminismos y Tecnologías, con el propósito de hacer una visita diferente al museo Pablo Serrano de Zaragoza. Gracias a Pepa Enrique (mediadora del grupo de Educaciones), que trabaja en el museo haciendo visitas guiadas, nos propusimos dar comienzo a una visita que iba a ser más sensorial que a las que nos tienen acostumbradas en nuestros museos.
Nos dividimos en dos grupos, por eso de que somos muchos y ocupamos (entre sillas, bastones, perros…), y Pepa, nuestra anfitriona, nos fue guiando por el recorrido.
Comenzamos notando el espacio, su amplitud y, en su entrada, tocamos sus materiales. Sí, digo tocamos, porque este museo está repleto de materiales distintos que se han utilizado para su construcción, pero que también fueron la casa de los ancestros de Pablo Serrano. Y es que, este museo, es una gran caja que recubre a otra cajita más pequeña que, curiosamente, fue el taller de carpintería del abuelo de nuestro escultor, que estaba construida en ladrillo y que se conserva en el interior del museo.
Así, para ir familiarizándonos con la multitud de materiales que utilizó Pablo Serrano en sus esculturas, comenzamos a tocar y sentir los materiales de la entrada del museo. Madera, piedra lisa y rugosa, forman estas paredes, calidez, frío y espesor, encontramos al tacto de nuestros dedos con sus formas.
Pepa, nos contó que nuestro escultor estuvo muchos años en América Latina y que por eso, sus obras pueden encontrarse en Argentina, Uruguay o Chile. Y que aquí, volvió por un premio de la Bienal Hispanoamericana que hizo posible que viniera para dos años de residencia. Sin embargo, su vuelta se convirtió en su regreso, ya que aquí se instaló cuando conoció a Juana Francés y comenzó a exponer su obra por toda Europa.
Y, ¡llegaron los guantes!
¿Cuántas veces, delante de una escultura, has deseado con todas tus fuerzas tocarla?
¡Eso es exactamente lo que hicimos!
En pequeños grupos, escogimos algunas esculturas de la sala y nos enfundamos nuestros finos guantes de algodón.
Nos situamos alrededor de cada escultura. “Unidad yunta”, “Guitarra cubista” y “La mujer tumbada”, fueron las elegidas tan sólo por su nombre y una muy breve explicación. Y entonces, ¡a tocar!
“Unidad yunta” es áspera por fuera pero suave por dentro, es dura y sensual y tiene unas formas sinuosas que se encajan como un puzzle.
“Guitarra cubista”, es un maremagnum de piezas encajadas unas con otras, es suave y curva y, en ocasiones, es una guitarra.
“La mujer tumbada”, es menuda, rígida y bronce-ada.
Pero estas esculturas, están en pedestales, hechos para miradas bípedas. Y, algunas personas, en silla de ruedas, no alcanzaron a tocar todas sus formas. Artistas, arquitectxs, ¿algún cambio en la construcción y diseño de nuestros museos?
Ya en gran grupo, nos dirigimos a la escultura “Eva madre tierra”, que nos esperaba con sus anchas formas y algunos recovecos. Pepa, nos explicó que esa era una de las obras estrella del museo y que estaba situada en ese lugar concreto para que le llegara la luz que iluminase su interior. Nuevamente, a Pablo Serrano le había gustado jugar con nuestras primeras impresiones. Si con el primer tacto “Eva madre tierra”, parecía áspera y robusta, conforme nuestro guante se deslizaba por sus pliegues y en su interior, la suavidad se abría paso en sus huecos.
Y finalmente, con nuestro afán exploratorio, llegamos a “Niño al sol”. Y su postura nos encantó, ¿sería porque nos trasladaba al verano que estaba a punto de empezar?
Esta vez sí, en dos grupos, fuimos tocando la escultura con mucho cuidado, ¡parecía que el muchacho se iba a caer! Y es que se sostenía levitando entre su cadera y su talón. Su tacto era suave y muy realista, con cada pequeño detalle de su expresión y postura. Simplemente, nos fascinó. Lograr esa posición y poder tocarla entre todos sin saber dónde acababan tus guantes y empezaban los del otro, ¡fue emocionante!
Terminamos nuestra visita al museo charlando en su terraza, con buena y variada música y pensando en nuestras próximas acciones para septiembre. ¡Volveremos!
Y ojalá nuestros museos compartan esta iniciativa, ¡visitas al museo con guantes! ¡Mucho más sensoriales!
Texto: Laura Moya / Twitter @lmoya_laura
Fotografías: Pilo Gallizo / www.pilogallizo.com